TEMA 1
Comparación
entre LOE y LOMCE
Esta entrada consiste
en una breve comparación de las dos leyes más recientes del sistema educativo
español, es decir la LOE, Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, y la
LOMCE, Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad
Educativa. Elegí comparar estas dos leyes para aclarar cuales son las
diferencias entre ellas, ya que la LOMCE, no es una nueva ley de educación
propiamente dicha, sino una modificación de la ley anterior, es decir de la LOE.
La primera diferencia que
se destaca leyendo el principio de los dos preámbulos es que en la LOE se habla
concretamente de la educación para la sociedad, mientras que en el de la LOMCE
se describe a la educación principalmente como instrumento del desarrollo del
talento personal. En los textos la descripción de los dos conceptos es
parecida, pero tienen matices diferentes, ya que el primero tiene más como
objetivo la formación de ciudadanos, mientras el segundo la creación del
individuo en sí.
LOE
En
el preámbulo de la LOE (2006), se señalan tres principios fundamentales de la ley.
El primero consiste en proporcionar una educación de calidad a todos los
ciudadanos y en todos los niveles del sistema educativo; en suma, se trata de
mejorar el nivel educativo de todo el alumnado tanto en su calidad como equidad.
El segundo principio consiste en la necesidad de colaboración y esfuerzo
compartido por parte de todos los componentes de la comunidad educativa; el
éxito escolar no sólo recae sobre el alumnado (esfuerzo personal antes de
todo), sino también sobre las familias, el profesorado, los centros docentes,
las Administraciones educativas y sobre la sociedad en su conjunto, y cada uno
de ellos conlleva una contribución específica. Por último, el tercer principio
consiste en un firme compromiso con los objetivos educativos que formula la
Unión Europea para los próximos años, objetivos comunes y compartidos con todos
los miembros de la UE.
Para alcanzar la
consecución de estos tres principios, según la LOE hay que actuar en diferentes
direcciones. Se menciona de primera la formación como proceso permanente, es
decir que se desarrolla a lo largo de toda la vida. Sucesivamente se introduce
la necesidad de incrementar la flexibilidad del sistema educativo, para
favorecer el camino de la formación al trabajo y viceversa, la cual lleva
automáticamente al espacio de un margen propio de autonomía de los centros
docentes. En tercer lugar, se requiere establecer unos mecanismos de evaluación
y de rendición de cuentas, que tienen que ser públicos y transparentes de
acuerdo con el principio de equidad. Posteriormente se necesita revisar el
modelo de formación inicial del profesorado para mejorarlo, actualizarlo y
adecuarlo al entorno europeo, esto junto al reconocimiento social de la función
docente. Por último, es indispensable acometer una simplificación y
clarificación de las normativas anteriores, para hacerlas más claras y
comprensibles, además de conseguir los tres principios.
LOMCE
En
cuanto a la LOMCE (2013), los principios presentes al inicio de su preámbulo no
difieren mucho de los de la LOE. De hecho, se retoman y especifican el
reconocimiento y el desarrollo del talento de cada persona y por consiguiente
la dirección del sistema educativo hacia unas directrices que encaminen al
alumno/a a trayectorias más adecuadas a sus capacidades, y relacionado a esto
la atención a la diversidad y la inclusión educativa; la equidad y la igualdad
de oportunidades; la educación como el centro de nuestra sociedad, marcando la
familia como el primer educador; y por último, la necesaria reforma del sistema
educativo.
Pero,
a partir de este último punto, en el preámbulo de la LOMCE se evidencian y
recogen también los principales objetivos y principios introducidos por esta,
que representan una incorporación para la mejora de la LOE. Los objetivos que
busca la reforma son la reducción de la tasa de abandono temprano de la
educación por parte de los adolescentes, la mejora de los resultados educativos
según los criterios internacionales, la mejora de la empleabilidad y por último
la estimulación del espíritu emprendedor del alumnado, todo esto relacionado
con algunos de los objetivos de la Unión Europea en el ámbito de la educación,
comunes a todos los miembros, y para los que España tiene dificultad en aplicar
y mejorar dentro del sistema educativo de su territorio.
Con
respecto al contexto de los principios se proponen diferentes novedades. Estas
últimas se concretan en tres cambios principales que afectan al sistema
educativo. El primero son las evaluaciones externas de fin de etapa que en Educación
Primaria no tienen efecto académico, pero en la ESO y Bachillerato sí y es
necesario superarlas para obtener las titulaciones correspondientes. El segundo
cambio está relacionado con las pruebas externas y se trata de la introducción
de estándares de aprendizaje en el currículo, elementos que constituyen también
los referentes básicos de las pruebas externas. El tercero está relacionado al
tipo de asignatura, que se dividen en función de las competencias de las
administraciones educativas, es decir las asignaturas troncales que son
competencia del gobierno, y las asignaturas específicas y de libre
configuración autonómica que son competencia de cada comunidad autónoma.
Además
de estos tres cambios fundamentales que introduce la LOMCE, hay otras novedades
con respecto a la LOE, sobre las cuales se mueve esta reforma. En primer lugar,
se introduce el aumento de la autonomía de centros en el que se quiere promover
la elaboración de proyectos educativos de calidad propios en los que se
incluyan actuaciones tendentes a la especialización curricular, a la
excelencia, a la formación docente, a la mejora del rendimiento escolar y a la
atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo.
Relacionado a este, la reforma quiere contribuir también al refuerzo de la
capacidad de gestión de la dirección de los centros, aumentando las
competencias del director y modificando su procedimiento de selección, de hecho,
se añade como requisito una certificación previa a través de un curso.
Sucesivamente, se introduce la flexibilización de las trayectorias al alumnado
para garantizarles una más fácil permanencia en el sistema educativo.
Junto a estos
principios se destacan también tres ámbitos sobre los que esta ley hace
especial énfasis para la transformación del sistema educativo. La primera
mejora hace referencia a la potenciación de las TIC, la segunda a la
revitalización de la opción de la Formación Profesional, y por último el
plurilingüismo, que se refiere a la potenciación del dominio de una segunda o
incluso tercera lengua extranjera, visto como una prioridad.
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